lunes, 4 de agosto de 2014

LA ANGUSTIA QUE TENGO DENTRO

Hace muchos días que volvimos a casa de mi querida playa; la verdad es que se pasa mal, solo para adaptar al cuerpo a esto se pasa mal, para adaptar al alma a un cambio tan grande de ambiente. Es como si aquello fuera una fantasía y esto de aquí una cruda realidad.
Ahora tengo mucha angustia dentro, quedan apenas unos días para que nazca DANIELA, por un lado esta la emoción, la curiosidad, y pensar que esta niñita que viene al mundo, tiene la misión de en cierta manera unirnos a todos.
Pero viviendo la realidad, las cosas no son tan fáciles, quizás a mi todo esto me pilla, ya muy mayor, con mi mente hecha pedazos, y podre dar la talla que me exije la sociedad, y menos aun si estas exigencias son obligatorias. Yo a mi Nieta la quiero disfrutar de verdad, acunarla y besarla decirle cositas hacerle tonterías típicas de abuela, sentirla como un ser de mi sangre. Si, es verdad no quiero verla estilo visita con un montón de gente alrededor, que para mi eso no sirve para nada, en esas reuniones, en mi forma de ver la vida, no se habla mas que de topicazos, y a mi eso, (que lo he vivido muchas veces), me toca bastante las narices.
Como se puede ver, no estoy en mi mejor momento, ayer tuve un altercado, que me dejo KAO, derrumbe total, dentro de mi, tristeza, ratificar lo que siempre pensé, y mucha pena en el alma.
Ahora tengo que pasar el trago de la habitación, que quisiera que Dios me ayudara, y mis almas de luz también
¿Egoista?, no digo que no, puede ser. Pero también  miedo y frustración.
Me pregunto, ¿realmente soy yo un problema? o lo son los demás que no me dejan ser yo misma.
Lo único que quiero es que me dejen, que no  me pongan carteles, que no me llenen de culpas.
¿Es tanto pedir?, habiendo sufrido todo lo yo que he sufrido, ya me rebosa el sufrimiento, mi limite ha llegado ya.
Me dicen que con esa actitud me quedaré sola en la vida, ¿bueno y que?, pienso yo, para tener todos estos problemas prefiero la soledad, que si es dura, pero mas duro es que estén siempre tocándote las narices. Eso si que es un suplicio. Que solo quiero escuchar lo que me interesa. Un SI rotundo, a los 62 años creo que tengo derecho a querer eso.

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