sábado, 25 de febrero de 2012

¿PORQUE NO SABEMOS PERDONAR?

Las palabras a menudo, pueden combertirse en cuchillos, ser mal interpretadas y sin querer, hacer mucho daño.
Que difícil me parece a mi, cada día que me voy haciendo mayor, hablar con los demás, uno quiere no meterse en jardines difíciles y olvidar. Estar tranquila, eso es mas o menos un imposible, porque a menudo los demás no te dejan, parece que el defecto de la envidia, (que es tan feo y por desgracia tanto abunda) es el culpable de que entre unos y otros las cosas se pongan difíciles.
Que fea es la envidia y lo curioso, es que, el que envidia, suele envidiar cosas que no son reales.
La gente suele envidiar de otra persona, lo que posee, el físico, su vida apacible, ( que el envidioso se figura que es apacible) pero no es oro todo lo que reluce.
Lo que parece desde fuera una vida apacible, no lo es en absoluto, todo en esta vida tiene un precio, solo que visto desde fuera, cada momento parece envidiable, de película vamos. Pero nada tan lejos de la verdad.
Te pueden envidiar hasta por tu marido, la gente te dice a menudo. "Vaya suerte que tienes con tu marido", que majo es, desde luego ya sabrás valorarlo, ya.
!Y que se puede contestar a semejante estupidez!, ¿pero tu que sabrás? lo primero te están ofendiendo, pensando que has tenido suerte, cuando en esto de elegir pareja no hay suerte que valga. La cosa esta en saber a la hora de elegir, con que tipo de persona quieres vivir y que tipo de pareja quieres tener, por lo tanto, no es suerte, es buscar lo que uno desea.
Pero claro como hay mucha gente que piensa que a lo largo de la vida va a cambiar al otro, en este sentido ahí ya empezamos mal.
Pero volvamos a la envidia, cuando está presente hacemos daño y ese daño no se olvida, nunca se perdona, porque no sabemos perdonar, porque nos pasamos la vida dándole la vuelta a la misma noria discutiendo por las mismas cosas, sin cambiar el chip ni un solo instante. No aprendemos nada, el ser humano, no es que tropiece en la misma piedra dos veces es que tropieza mil. Nunca damos nuestro brazo a torcer, no sirve de nada discutir y disgustarnos, dentro de un tiempo, volveremos a repetir las mismas palabras dañinas volviendo a representar la misma escena dantesca, volveremos a sentir un malestar grande por la misma situación y nos volveremos a hacer el mismo daño o quizás mas si es posible, porque en como hacernos daño, si vamos aprendiendo, incluso a hacerlo novedosamente.
Cada vez me gustan mas los animales, que jamas se hacen daño, a no ser por supervivencia.

1 comentario:

  1. Hola Pilar, si puedes enviame un mensaje a mi correo, esta en él blog para tener tu dirección y poder escribirte, es que no me di cuenta el otro dia de preguntartelo cuando hablamos. UN beso
    Mayte

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